martes, 27 de septiembre de 2011

Voluntad de recordar.

Ayer fué el cumpleaños de mi madre y aunque no puedo decir que hiciéramos nada que se saliera de lo corriente (regalos, felicitaciones...) si debo admitir que en algo no ha sido igual y el responsable del cambio ha sido mi padre: consiguió recordar qué día era.
En un alarde de valentía y entusiasmo, hace varias semanas rodeó con un círculo en el almanaque el día 25 de Septiembre para no olvidarlo, pero no puso ninguna reseña que le indicara lo que debía recordar, así que la semana pasada el pobre estuvo intentando hacer memoria de a qué médico debía ir (esos círculos en su calendario siempre significan una cita médica). Es verdad que necesitó preguntar, pero hizo algo que nos sorprendió aún más: debajo del círculo del calendario escribió "Isabel", el nombre de mi madre.
Tanto esfuerzo obtuvo su recompensa y no sólo recordó la fecha del cumpleaños, sino que el día anterior fué capáz de encargar a sus nietas la compra de un regalo "muy bonito y que le guste mucho a la yaya" y por si era poco, el Domingo felicitó a mi madre y esperó pacientemente a que llegáramos con el regalo que él mismo había encargado.
Para todas aquellas personas que no tengan cerca un enfermo de Alzheimer ésta historia carecerá de interés, pero para quienes sabemos lo que significa el esfuerzo sobrehumano de quién lucha todos los días por recordar a quien tiene cerca, es un gran logro que quizá no se repita y por ello le damos el valor que merece, el de los momentos únicos e irrepetibles.

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